Hasta que te conocí
- Marietta Ruston
- 14 abr 2022
- 1 Min. de lectura
No he salido de casa en todo el día.
Desperté tarde sin ganas de amanecer
y llevo dos Red Bulls marca blanca en el cuerpo
intentando recuperar las energías
que perdí en algún lugar sin darme cuenta,
entre tu boca y tu adiós.
Suena de fondo Maren con su voz aterciopelada
mientras tecleo sin saber hacia dónde voy
ni a dónde quiero llegar con mis palabras.
Supongo que en eso también consiste vivir,
en escribir sin querer una historia
de la que desconocemos el final
y que por eso me gustan tanto las palabras
porque las puedo controlar,
manejar,
darles forma,
ser la dueña de mi propio punto final.
O al menos lo era hasta que te conocí,
hasta que fuiste mi caos,
mi ruina, mi perdición,
mi deseo nocturno y diurno,
el final que nunca quiero escribir.
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